(...) la libertad tiene su precio...
Noche de otoño, Normandie como casi siempre, tercio anterior, butaca central, dos parejas y yo en el cine.
La historia política que se manifestó crudamente ante los ojos de una niña. Marjane Satrapi, a lo largo de un comic en matices grises, se hace mujer vivenciando las miserias humanas, la guerra, la injusticia y la tiranía integrista y fundamentalista en Irán. El intelecto impetuoso de Marji la conduce a la disyuntiva vital, vivir encerrada entre códigos castradores o abandonar el país para radicarse en una Europa, al menos, abierta a las posibilidades de una mujer más que común, una artista, pensadora y con un acervo ético construido como testigo de la consecuencia valórica e ideológica de su familia. Se queda con la segunda opción. No obstante, la libertad tuvo el costo de la soledad despiadada, el desapego de familia y raíces, y de lo cuesta arriba de vivir en un mundo extraño, incomprendido pero necesitado.
La voz de Deneuve y de la Marjene misma (autora), más los trazos simples pero profundos de las animaciones hacen de esta novela gráfica un film conmovedor. Los símbolos occidentales como íconos de una libertad entre comillas parecieran perder pateticidad ante el terriblemente hermoso aprendizaje de una aparentemente vulnerable pequeña que se hace grande. Mención especial la abuela (primero) y sus consejos , el Dios Marxiano, su sueño de ser la última profeta, el tío revolucionario, los padres progresistas y tiernos, el establishment religioso, la gusanería militar y la abuela (segundo) y sus jazmines aromáticos cayendo pantalla abajo.
Hoy, entre la intensidad del trabajo, las prescripciones médicas y el frío progresivo que repavimenta las calles otoñales desoladas, mi libertad no tuvo costo alguno, al menos comparado con la belleza y emotividad de Persépolis, las lágrimas de un final maravilloso... bienvenidas fueron.
Un 6 (escala de 1 a 7)